«La Eurocámara respalda un ambicioso impulso hacia las energías renovables: ¡42.5% para 2030!»

En un paso significativo hacia un futuro más sostenible, la Eurocámara ha dado su apoyo esta semana a iniciativas destinadas a promover el uso de energías renovables en la Unión Europea. A través de la actualización de la Directiva Europea sobre fuentes de energía renovables, que ya ha sido acordada por el Consejo Europeo y los eurodiputados, se plantea elevar la proporción de energías renovables en el consumo final de energía de la UE al 42.5% para 2030, aunque se insta a los Estados miembros a esforzarse por alcanzar el 45%.
Bajo esta perspectiva, el Parlamento Europeo está comprometido en promover la adopción de energías renovables en toda la Unión Europea. La meta es que las energías renovables representen el 42.5% del consumo de energía de la UE para el año 2030, con la aspiración de llegar al 45%. Además, esta legislación agilizará los procedimientos para otorgar permisos a nuevos proyectos de energías renovables, tanto en energía solar como eólica, así como para la adaptación de las instalaciones ya existentes.
Se ha establecido un plazo de 12 meses para que las autoridades nacionales aprueben nuevas instalaciones de energía renovable en las ‘zonas propicias para las renovables', mientras que fuera de estas zonas, el proceso no debería superar los 24 meses.

Además, en el texto aprobado la semana pasada, los eurodiputados se aseguraron de que los Estados miembros establezcan un objetivo indicativo de al menos el 5% para las tecnologías innovadoras de energías renovables en relación con la nueva capacidad instalada. También se ha definido un marco vinculante para los proyectos transfronterizos de energía.
En lo que respecta a la biomasa, la Eurocámara aboga por criterios más rigurosos para su utilización, con el objetivo de garantizar que la Unión Europea no subvencione prácticas insostenibles. El aprovechamiento de la biomasa deberá llevarse a cabo de manera que se evite cualquier impacto negativo en la calidad del suelo y la biodiversidad.
La Directiva también hace hincapié en la incorporación de energías renovables en el sector del transporte. Esta medida tiene como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del sector en un 14.5% para 2030, mediante el uso de biocombustibles avanzados y una cuota más ambiciosa de combustibles renovables de origen no biológico, como el hidrógeno.

Es importante destacar que esta legislación aún debe ser aprobada formalmente por el Consejo Europeo antes de entrar en vigor. Este respaldo legislativo es un paso fundamental hacia un futuro más limpio y sostenible para Europa.